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El fraude alimentario es el incumplimiento intencionado de la legislación alimentaria de productos en los que se declara una calidad o cantidad inferior o diferente a la real, con ánimo de lucro, por lo que atenta contra los Derechos de la Propiedad Intelectual y puede llegar a suponer un problema importante de Seguridad Alimentaria.
El fraude alimentario es el incumplimiento intencionado de la legislación alimentaria de productos en los que se declara una calidad o cantidad inferior o diferente a la real, con ánimo de lucro, por lo que atenta contra los Derechos de la Propiedad Intelectual y puede llegar a suponer un problema importante de Seguridad Alimentaria.
Normalmente, los fraudes suelen agruparse en dos grandes categorías en las que los perjuicios suelen ser a:
- Ingredientes: por la adicción, alteración, sustitución o falsificación deliberada de algún ingrediente, con el fin de abaratar costes de producción.
- Etiquetado: por declaraciones falsas, engañosas o ambiguas relacionadas con los ingredientes, procesos, supuestos beneficios u procedencia.
Debido los numerosos casos, Europol e Interpol se unieron el año 2011 y fundaron la “Operación OPSON VI” para desmantelar tanto productos alimentarios falsificados y/o deficitarios, como las Organizaciones Criminales involucradas. Participan 61 países, de los cuales 21 son miembros de la Unión Europea, y cada uno tiene vigente una normativa de rastreo y detección a escala nacional que involucra aduanas, policías, organismos nacionales de reglamentación de alimentos y socios del sector privado.
El fraude puede presentarse en todo tipo de productos alimentarios, desde agua mineral hasta caviar. Tantos fueron los casos desmantelados, que hasta la fecha se han incautado 9.800 toneladas, 26,4 millones de litros y 13 millones de unidades de un valor estimado de 230 millones de euros. Algunos de los casos fueron:
- Alemania: detectaron almendras, anacardos y cacahuetes no declarados en productos de avellana importados. Se analizaron 1.300 kg de avellanas tostadas picadas, y descubrieron que un 8% eran cacahuetes mezclados. En otros 500 kg descubrieron un 45% de anacardo. Y en otro lote de avellana, un 27% de almendras. El hecho de no especificar en su etiquetado la presencia de dichos alérgenos representa un gran riesgo para la salud de los consumidores que padecen de alergias, y por ello tuvieron que ser retirados del mercado.
- España: las autoridades descubrieron una empresa cárnica que especificaba en el etiquetado de sus albóndigas y hamburguesas una determinada proporción de carne de vacuno, cuando en realidad tenían un alto porcentaje de porcino, complementos panarios y trazas de soja no mencionados, y menos de un 27% del dicho vacuno. El caso concluyó en 14 detenidos.
- Italia: un grupo de Crimen Organizado vendía vino falso bajo el etiquetado de vino tinto con Denominación de Origen. Añadían alcohol puro en vino de baja calidad para aumentar el grado de alcohol y falsificaban etiquetas de marcas conocidas. Las autoridades incautaron el local y concluyeron con 3 detenidos.
- Portugal: una incursión en una fábrica de Porto resultó en la detección de pescado elaborado sin respetar las normas de seguridad. Aparte de que ya tuvieron retirada su licencia, las autoridades observaron actividades ilícitas donde se enlataban sardinas casi caducadas en salsa de tomate, sin tener en cuenta la trazabilidad e higiene durante la producción. Se cerró el local inmediatamente después de su desmantelamiento.
Algunas de las ventajas para las empresas de implementar un plan de prevención del fraude alimentario, son:
- Aumentar la confianza de consumidores y clientes
- Cumplimiento legal
- Protección y revalorización a la marca
- Plan de mitigación centrado en los puntos vulnerables
- Flexibilidad, para adaptarse a cualquier organización y modificación a los procesos.
En AGROLAB, nos ponemos a su disposición para la realización de controles en productos alimentarios y para ayudarle en las cuestiones regulatorias o técnicas que sobre estos temas puedan surgirle.
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