unión química
  • Los Estados Miembros recogen anualmente la información sobre la resistencia antimicrobiana en bacterias zoonóticas e indicadores de humanos, animales y alimentos.
  • Los datos han sido analizados y publicados por la EFSA y el ECDC.

Las sustancias antimicrobianas se emplean habitualmente tanto en animales como en personas para tratar gran variedad de enfermedades de origen bacteriano. La resistencia a los antimicrobianos (AMR) es la capacidad que tienen los microrganismo para resistir estos tratamientos.

 

La aparición de resistencias a estas sustancias por parte de los microorganismos se relaciona con el uso inadecuado de las mismas. Lo que representa un grave riesgo para la salud pública.

 

Los científicos de la EFSA y el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) son los responsables de recopilar la información procedente de todos los estados miembros de la Unión Europea. Sobre estos datos, examinan y estudian los factores que pueden conducir a la aparición de resistencias bacterianas a sustancias de uso común en el tratamiento de enfermedades en animales y personas.  Proporcionando, en base a los resultados obtenidos, asesoramiento científico a los responsables de la toma de decisiones dirigidas a plantear estrategias para reducir el uso de antimicrobianos sin reducir los niveles de seguridad alimentaria en los que nos encontramos actualmente.

 

Este último informe que se ha publicado refleja los datos resultantes del monitoreo realizado sobre aves de corral, cerdos y terneros menores de un año, así como de sus canales. A los que se unen los datos obtenidos sobre aislados humanos. E incluye datos sobre el comportamiento de Salmonella, Campylobacter y Escherichia coli. A los que se unen datos reportados por algunos países con respecto al comportamiento de Staphylococcus. El informe profundiza en la resistencia múltiple presentada por estos microorganismos a diferentes sustancias medicamentosas, realizando estudios detallados para algunos fenotipos concretos de E. coli y Salmonella.

 

Los principales resultados arrojados por el estudio reflejan que, tanto en humanos, como en animales y alimentos, una gran proporción de Salmonellas presentan resistencias a tres o más sustancias antimicrobianas tales como ampicilina, sulfonamidas y tetraciclinas. Mientras que la resistencia es menor frente a las cefalosporinas de tercera generación.

 

Por otro lado, en el caso de aves y sus canales, se observó resistencia a niveles altos de fluoroquinolonas en Salmonella y E.coli. Este dato debe evaluarse con especial importancia debido a que las fluoroquinolonas, y de forma especial la ciprofloxacina, es uno de los antibióticos de referencia empleados para tratar las infecciones causadas por estas bacterias en humanos. Si bien, la resistencia combinada a dos medicamentos de amplio uso, como son las fluoroquinolonas y cefalosporinas de tercera generación en Salmonella y a fluoroquinolonas y macrólidos en el caso del Campylobacter, se mantiene en niveles bajos.

 

El informe, que se puede encontrar completo en la web de EFSA (https://www.efsa.europa.eu/), se complementa con una infografía interactiva, también accesible desde el mismo punto de la web, que facilita la consulta de los niveles de resistencia para cada uno de los microorganismos y sustancias consideradas en el estudio para los 28 estados miembros que han participado en el estudio.

 

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Autor: Paula Fernández